domingo, 27 de noviembre de 2011

FERNANDO SOLÍS MARTEL



El pasado 9 de Noviembre  habría sido el cumpleaños de Fernando. Como siempre le habría llamado para felicitarle y quedar para tomarnos unas cervezas y hablar de muchas cosas y recordar aún muchas más.  Mi amistad con Fernando se remonta al año 1973 donde un día nos encontramos en la Punta de San Felipe viendo las aves marinas.  Nos conocíamos de vista en el colegio de San Felipe Neri  y en el instituto Columela  pero nunca hasta entonces  habíamos cruzado palabras algunas. Casualmente teníamos la misma afición que nos llevaría a compartir durante el resto de nuestras vidas. Nos sorprendió que existiesen otras personas “que veían pájaros con prismáticos”.  Recuerdo que debía ser  invierno porque mi interés ese día como seguro que también era el de él, ver las gaviotas raras que debido a la mala mar se acercarían a la bahía y pasar cerca de la Punta de San Felipe.
Luego se sucedieron las muchísimas salidas al campo y las tardes en la azotea de su casa en José del Toro.  Entrañable azotea desde la cual en algunas ocasiones veíamos  varias especies de aves sobre el cielo de Cádiz. Recuerdo que en una pequeña habitación que estaba en dicha azotea nos pasábamos muchas horas hablando de la naturaleza,  viendo mapas, y soñando con visitar aquellos lugares que nos parecían interesantes, llegando con nuestras imaginaciones a verlos. A muchos de estos enclaves conseguíamos llegar en autostop, pues ninguno teníamos vehículos propios para desarrollar nuestras visitas al campo.  Poco a poco nuestra situación mejoraba al contar con la amistad de una persona que disponía de un Simca 1200. Y entonces nuestro radio de acción abarco a toda Andalucía.  Más tarde en 1980 ya dispuse de un Renault 4L y entonces fue cuando no  nos paraba nadie. Incluso llegamos a viajar un mes entero de Julio por casi toda la antigua Yugoslavia. Aumentando nuestra lista de aves marcadas en la guía de aves Peterson. Este viaje surgió casi de una forma mágica, pues la tarde antes en la habitación de la azotea teníamos todo preparado para salir de Cádiz cruzar el estrecho e irnos por toda la costa del norte de África hasta Egipto. Pero el hermano de Fernando que pasaba por allí, nos estuvo hablando de un reciente viaje que él había hecho por Yugoslavia y nos encantó, así que en menos de 24 horas cambiamos la orilla sur del Mediterráneo por la del norte.
Más tarde una vez constituido AGADEN  asociación que  tuve la dicha de fundar con él y con Purificación González de la Blanca. Fuimos conociendo a más personas interesadas por las mismas cosas y Fernando que había abandonado la carrera de biología, se volcó  en esta asociación casi de forma profesional a la gestión de la defensa de la naturaleza, trabajando en los informes de impacto ambiental donde la administración proyectaba alguna acción urbanística, lográndose parar o modificar los proyectos. Se puede decir que él contribuyó a que hoy día podamos disfrutar de muchos lugares que podrían haber desaparecido
Juntos pasamos algunos momentos difíciles en nuestras vidas y muchas veces nos buscábamos para hablar y darnos ánimos en muestras tribulaciones. Siempre en estos momentos los solucionábamos o al menos los aliviábamos saliendo al campo y observando a las aves, las plantas etc. Así muchas de nuestras preocupaciones se nos disipaban por algunas horas.
Aun me sigue pasando que cuando veo un documental, que me parece interesante, hago la intención de coger el teléfono para llamarle como hacía y decirle....  ¡ Fernando pon la 2 !
Me cuesta mucho asimilar que ya no está aquí, que no le puedo consultar alguna duda de algún ave o planta.         Hasta siempre